La política argentina siempre ha sido un escenario en el que se desarrollan tramas complejas, giros inesperados y realidades a menudo difíciles de descifrar. En este contexto, la obra literaria “La Invención de Morel” del renombrado autor argentino Adolfo Bioy Casares ofrece una interesante perspectiva para reflexionar sobre la actualidad política del país.
Publicada en 1940, esta novela de ciencia ficción nos presenta a un protagonista anónimo que llega a una isla desierta donde se encuentra con un grupo de personas que parecen estar viviendo una y otra vez los mismos momentos. A medida que avanza la trama, descubre que estas personas son en realidad proyecciones grabadas en un ciclo de repetición infinita, una especie de invento de Morel, un científico obsesionado por la inmortalidad. La novela plantea preguntas sobre la identidad, la realidad y la moralidad, elementos que podemos relacionar con la política argentina actual.
En la política argentina, a menudo nos encontramos con líderes y partidos que repiten discursos y estrategias una y otra vez, sin ofrecer soluciones reales a los desafíos del país. Esto nos hace cuestionar si estamos atrapados en un ciclo político interminable, en el que las promesas se desvanecen y las soluciones genuinas se vuelven escasas.
Al igual que el protagonista de la novela, los ciudadanos argentinos pueden sentirse confundidos y desorientados ante la aparente repetición de escenarios políticos y económicos. Es fundamental preguntarnos si estamos atrapados en una “invención” política que nos impide avanzar hacia un futuro mejor.
Sin embargo, “La Invención de Morel” también nos enseña que la realidad puede ser engañosa y que, a veces, es necesario mirar más allá de lo evidente para entender lo que está sucediendo. En la política argentina, esto significa analizar a fondo las propuestas, evaluar las acciones de los líderes y buscar soluciones innovadoras para los problemas del país que se presentan como un desafío constante en medio de un escenario económico complejo y una polarización que parece no encontrar límites. En este contexto, es imperativo analizar algunos de los temas clave que están marcando la agenda política del país: la inflación, el precio del dólar que parece no tener freno, la constante idea de un “Gobierno” totalmente desdibujado que culpa a la guerra entre Rusia y Ucrania, la pandemia, la sequía, el dengue y hasta las elecciones en otros países. Todos esos problemas, “desestabilizaron” al “gobierno” de Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner. De no haber sido por esas circunstancias externas; salvo la sequía; no habría dudas de que en la boleta del ex Frente de Todos y actual Unión por la Patria, la foto del ex vendedor de autos usados habría sido la más votada y hoy estaríamos hablando de los festejos en la Quinta de Olivos. Bueno, en realidad, hubo una festichola, pero eso ya quedó en el pasado. No podemos vivir en un bucle constante como Morel. ¿O sí? Eso quedó allá lejos en el tiempo y ante la “urgencia”, surgió la candidatura de Sergio Massa. No, esta vez no viene a barrer a los ñoquis de La Cámpora ya que el tipo se alineó al kirchnerismo. Si, ese mismo tipo que juró jamás estar otra vez trabajando con ellos. Ojo, lo hace solamente por tratar de revertir la crisis que su propio “gobierno” desató. Para colmó, el ministro-candidato, “vende” la idea de saber manejar una situación como la actual y salir airoso de ella. Me suena más a un tal Daniel “pichichi” Scioli que se vestía de naranja y quería ser Presidente o al actual que a un estadista que tiene la botonera del ministerio de Economía para llevar a puerto un país que está a la buena de dios. El actual Ministro y candidato, vocifera que, de ganar, podrá bajar la inflación y estabilizar la economía que por ahora está en coma y con respirador artificial. Maestro, con todo respeto, hace un año que es el Ministro de Economía y no ha podido realizar nada nuevo más que aumentar el déficit fiscal, la inflación, el precio del dólar o la depreciación del peso, y volver a métodos utilizados en la década del ´50. Pero, pasaron cosas y luego de la paliza electoral en las PASOS, tiró todas las baterías de estabilización posibles. La menos inesperada es la de el plan “Platita”. Jamás se nos habría ocurrido tan maravillosa herramienta para captar a los votantes que ya le dijeron que no. Pero bueno, en un país de ciegos, el tuerto es Rey; y ya hubo uno y así nos fue. Por otro lado, las demás fuerzas políticas en vez de aprovechar al peor gobierno de la historia y al unísono al peor candidato, hablan incoherencias con propuestas anacrónicas. Ahí caen todos y todas eh. Desde la Izquierda liderada por Myriam Bregman que culpa al FMI, al FMI y también al FMI, pasando por bimonetarismo que promulga Patria Bulrrich y la dolarización propuesta por Javier Milei que se metió a gran parte de la población en el bolsillo irrumpiendo el poder político señalada por él mismo como la “casta que empobreció el país hace 70 años”, mucho más no hay. Ojo, el candidato de la Libertad Avanza, valga la redundancia, avanza con un discurso “anti-político” y está a punto de ser el nuevo Presidente de la República Argentina. Motosierra en mano, ajuste a los sectores públicos, cierre del Banco central y exterminio del peso como moneda central para darle fin a la inflación son parte de su discurso.
Esto último es, sin lugar a dudas, uno de los problemas más acuciantes que enfrenta Argentina en la actualidad. Año tras año, los precios de los productos básicos suben descontroladamente, erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos y generando incertidumbre económica. Es necesario que el Gobierno en turno tome medidas concretas y efectivas para frenar esta escalada inflacionaria, que afecta especialmente a los sectores más vulnerables de la sociedad. Por lo pronto no hacen más que acelerar el proceso.
El precio del dólar es otro tema que mantiene en vilo a la población argentina. La volatilidad en la cotización de la moneda estadounidense dificulta la planificación económica y empresarial, lo que afecta negativamente la inversión y el crecimiento. Una política coherente y predecible en relación con el dólar es fundamental para estabilizar la economía y generar confianza en los mercados.
En cuanto al plan “Platita” de Massa, es importante reconocer que cualquier iniciativa que busque aliviar la situación económica de los argentinos es bienvenida. Sin embargo, es crucial que los planes sociales estén acompañados de políticas públicas que promuevan el empleo y la inversión, ya que solo así se logrará un crecimiento sostenible y una mejora en la calidad de vida de la población.
Por otro lado, la propuesta de la izquierda liderada por Miriam Bregman debe ser analizada con detenimiento. Si bien es importante que existan diferentes corrientes ideológicas en el ámbito político, es necesario que cualquier propuesta sea viable desde el punto de vista económico y social. La polarización extrema puede alejar a la sociedad de soluciones pragmáticas y generar más división en lugar de consenso. Ah, y de culpar de todos los males al FMI.
Finalmente, la dolarización propuesta por Milei es una medida que ha generado un intenso debate. Si bien algunos argumentan que podría brindar estabilidad y previsibilidad a la economía, otros temen los efectos negativos que podría tener en la capacidad del país para controlar su política monetaria. Cualquier decisión en esta materia debe ser tomada con sumo cuidado y consideración de todas sus implicaciones.
En conclusión, “La Invención de Morel” de Adolfo Bioy Casares nos invita a reflexionar sobre la política argentina desde una perspectiva diferente. Nos recuerda que, aunque puedan existir ciclos repetitivos, siempre hay espacio para la reflexión y la innovación en busca de un futuro político más prometedor. Es responsabilidad de todos los ciudadanos participar de manera activa en el proceso político y contribuir a la construcción de una Argentina más próspera y justa. La duda es saber si podremos romper el bucle y hacer un gran sacrificio durante varios años hasta que veamos una mejora o nos embarquemos en lo desconocido y a la carga barraca. Por lo pronto, en unos días cuando se abran las urnas nos pondremos a contar los votos. Luego, el escenario será parte de una obra literaria, de ficción, o de un baño de realidad que nos saque de la matrix en la cual de alguna manera inexplicable coexistimos desde el día cero.
Hernán Leonel