
En el barrio Lanusse, una familia destruida.
El uso irresponsable de la pirotecnia ruidosa se cobró la vida de una mascota y la familia está devastada.
Se llamaba Laila y tenía 10 años.
“Estamos destruidos, la teníamos desde los 45 días de nacida, y hace 2 años mi hija se la llevó a su casa”, relató a este medio una vecina quebrada por la triste situación.
“Estaba temblando mucho, se hacía pis encima. La metieron en la habitación de la nena más chiquita y no aguantó y se murió”, expresó.