“La carrera de mi vida”

Rodolfo Bianchi (52) repasa su pasión por los fierros, su juventud y como logró subirse al podio luego de ganar el gran premio: Seguir viviendo.

La familia de Rodolfo Bianchi esta ligada claramente al deporte. A su padre lo apodaban “la yegua”, en su época como jugador de Flandria que, dicho sea de paso, es el que más veces vistió la remera del canario en toda su historia. Raúl, su primo, también se calzó  la casaca del canario, la de  Argentinos Juniors y la de  Arsenal de Sarandi.

Por su parte, Rodolfo, estuvo muy ligado al club de Flandria donde jugo en la primera. Ahora, además de correr en el automovilismo,  juega al tenis, a las bochas y a la paleta. Todo un deportista.

 -¿Cómo empezó tu pasión por los autos?

– Mi viejo siempre me llevaba a las carreras del TC cuando era chiquito. Además como mi padre era camionero, empecé a trabajar  con él, me llevaba a todos lados. Yo era el perrito faldero (risas).

Salía a pasear por Villa Flandria con el camión, lo cual era toda una aventura, hasta que me compré un  Chevrolet 400.

– ¿Cómo te insertaste al mundo automovilístico?

– Empecé a ir  a las competencias zonales, donde lo a acompañé  durante mucho tiempo al topo López cuando empezó a correr en el Súper-Car. Me fui arrimando al taller, lo ayudaba en todo lo que estaba a mi alcance y además  era el chofer del colectivo –agrega con una amplia sonrisa- a esa altura tenia 29 años y no me había subido ni a un karting.  A esa misma edad me fui a capilla y me compré mi primer auto para competir en el TC Regional.  Ahí arranqué, con la ayuda de muchos amigos que me ayudaron a reparar el coche porque daba lastima, recuerda.

El primer año corrí en la B las últimas dos carreras, para probar.

– ¿Qué recordas de tu primer carrera?

– Me pegué un palo terrible,  mi vieja se quería morir, “entro la ambulancia y todo”. Después de eso dije: no corro  nunca mas y acá me ves (risas).

La verdad que me entusiasmó mucho y al año siguiente terminé quinto y al otro año salí campeón.

Luego me pasé al TC del Oeste donde tuve un año bastante irregular y en el siguiente  obtuve el campeonato.

En el 2008 me compré, con mucho esfuerzo, una coupe chevy en San Miguel, a la cual la reformamos toda para competir el turismo 4000.

Hice un par de podios y lo mejor, hasta ahora, fue terminar con el número 10, cosa que quise mejorar al año siguiente pero un accidente cardiovascular me lo imposibilito.

-¿Qué nos podes contar sobre eso?

-Que no se lo deseo a nadie. Imagínate que me operaron de la cabeza porque tenía un tumor, me lo sacaron y por suerte era benigno, después me agarró una infección, tuve meningitis. Era un palo tras otro. Me pusieron una prótesis de plástico en el cráneo. Pasé por una etapa complicadísima.

“Le puse muchas pilas a lo que me paso, muchas ganas de vivir”.

-¿A quién te aferraste en ese momento?

– A mi familia, a mi novia, a mis tres hijos y a mis amigos que siempre estuvieron cerca. También me apegue mucho  a dios. Ahí pegue un vuelco importante en mi vida.

-¿Por qué?

-Recé mucho. Pedí mucho. Siempre fui  creyente pero nunca le daba importancia. Tenía mucho miedo a morir.

Fue la carrera más difícil de mi vida. Largue último, lleno de tierra y llegue al podio casi sin nafta, agrega Rodolfo Bianchi con mucha emoción.

Recuerdo que la clínica estaba llena de gente pero yo no quería hablar con nadie- recuerda- pero tampoco quería que se fueran. Estuve siempre rodeado de afectos.

Hace años que voy a un grupo de oración en la basílica. Me transmite tranquilidad y paz interior, lo cual me  permite tomarme un tiempito más para  pensar antes de actuar en este juego llamado vida.

-¿Ahora cómo te sentís?

-A pesar de que fuí operado tres veces, de tener  una prótesis y mangueras en la cabeza, la verdad estoy bárbaro, la recuperación fue muy buena, no siento nada. Les agradezco a dios y a los médicos que me operaron y siempre estuvieron controlándome.

-¿Cómo fue volver  a correr luego del ACV?

-Primero que corrí por un objetivo personal, era algo que tenia acá adentro- dice mientras que con su dedo índice señala su pecho- fue algo muy fuerte donde hubo muchas lagrimas.

-¿Qué es lo mejor  del automovilismo?

-Lo mejor que me deja el automovilismo es poder compartir los viajes con amigos, subirnos al colectivo cada fin de semana y respirar todo ese ambiente divino… es único. Como también lo es estar acelerando en la largada de una carrera. La adrenalina que se siente estar a la par de otro auto y pasarlo… es increíble- resalta abriendo grande los ojos, casi como viviendo el momento.

-¿Tu mejor carrera?

-Un día en Giles, en tierra, estaba peleando el campeonato largue último y llegue tercero en doce vueltas.

Después hubo otra en Pilar, era la última carrera del campeonato y necesitaba ganar para salir campeón, para colmo largué tercero y delante de mí estaban los dos que peleaban el campeonato.

Gané la carrera y obtuve el trofeo relegando a los otros dos. Fue muy trabajada, muy pensada.

-¿Cómo es eso que fue pensada?

-Yo en realidad no soy muy pensante, te digo la verdad, soy más impulsivo, arriesgo todo el tiempo.

El flaco Traverso, por ejemplo, era de pensar mucho, además sabía, no sé cómo, cuando al de adelante le andaba mal el auto y en que momento lo podía pasar. Esa frialdad te la da la experiencia, resalta.

“Los dos campeonatos que gane fueron pensando cada carrera como si fuese la ultima”.

-¿Cómo ves al automovilismo en Luján?

-Lo veo bien pero con poca difusión, si te publican algo es porque ganaste o te subiste al podio cuando en realidad, hoy en la categoría nacional, como en la que estamos nosotros compitiendo en el Turismo 4000, hay grandes lujanenses (Arrausi, Yabar, Rojas, Laureli, entre otros) que no tienen la difusión que  tendrían  que tener.

-¿Este año hay nuevo auto y nueva competencia?

-Sí, comienzo una nueva etapa en el Rally Federal en la categoría N2 con un Ford Ka, al cual le falta hacer unos retoques en el motor.

Es diferente la categoría

-Si, al principio probé con un gol para ver si me gustaba

-¿Y?

-Me caí a una zanga (risas) pero me gustó.

-¿Tenes pensado correr todas las carreras?

-Si hay laburo, publicidades y mientras me sienta bien, seguramente las corra a todas.

-¿Objetivos para este año?

-No volcar (risas). Ganar una carrerita y subirme en algunos podios.

-¿Y un sueño personal?

-“Tenerlo a mi viejo”, dice luego de un largo y hondo suspiro en el cual la emoción se adueña y le gana a las palabras.

Hernán Leonel

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